jueves, 22 de septiembre de 2016

YO SUPREMO

Todos los presentes esa noche eramos Uno con el Yo Supremo. Todos éramos el mismo Yo, sin distinción de sexo ni de origen, todos éramos Yo.
Las estrellas se reflejaban en el Gran Estanque, y el Hermano Mayor nos explicaba acerca de los diferentes caminos para llegar a las Islas Ascendentes, la Tierra Vacía, donde en un futuro nos reuniríamos. Cada entendimiento era dibujado cuidadosamente sobre la piel de cada uno, y luego era repasado y repetido hasta que la tinta se hacía una con la sangre.
Nuestras amadas islas se hundían, y todas las islas y continentes cercanos estaban superpoblados de seres hostiles y agresivos; así que decidimos emigrar a la Tierra Nueva que hacía poco presentimos que había sido creada.
Muchos salimos hacia el Este, atravesando un océano de estrellas, hasta chocar con una frontera de tierra  y viento que no estaba considerada en el Viaje....
Los que navegamos hacia el poniente lo hicimos siguiendo la costa, y muchos nos fuimos asentando en tierras fértiles y poblaciones amigas, desplegando nuestros saberes en cada caso; pero nuestro viajar hacia la Tierra Nueva siempre fue indeclinable.