lunes, 29 de agosto de 2016

Antes del recuerdo.

Caían cientos de meteoritos, miles, de un metal único; al raspar la piedra la iba corroyendo, tanto que la misma barra de metal se iba consumiendo, hasta desaparecer. Con estas herramientas les marcamos el camino a los hermanos que venían detrás:  con un león gigante, desgastado de un peñasco al borde del río, y una gran plataforma para subir al Cielo, nivelando 7 grandes terraplenes a partir del primer piso en la Roca Madre misma, tal cual solíamos hacer para alejarnos de las cada vez más frecuentes inundaciones en nuestra área de origen. Lo que no sabíamos es que nuestros Hermanos, que abandonaron las Islas luego del primer cataclismo, a pesar de conocer el camino de las estrellas que nosotros seguíamos, jamás arribarían; en vez de venir hacia el poniente tomaron el camino del Este, y su viaje acuático fue interceptado por la Tierra del Camino del Viento.

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